DEVOTA
Miro una y otra vez esta foto que saqué apenas salí del templo después de haber estado 10 días en silencio ordenando los pensamientos cómo si fueran remeras, pantalones, vestidos y medias en un placard. El placard era mi cabeza. Encontré de todo: emociones de niña, preocupaciones del futuro memorias del pasado, y pensamientos sensuales sobre comida y sexo. Las imágenes sexuales representaban casi un 25% del tiempo y me pareció un montón. Sobre todo que se aparecieran así, de golpe inesperadas como a veces aparecen los pop-ups de vergas gigantes en las plataformas de porno o los culos tuerqueando bien aceitados haciendo con las nalgas un movimiento de vuelo de mariposa hipnótico que dificulta encontrar la cruz, para cerrar la publicidad y volver al presente. También observé imágenes ligadas al confort y deseos de viajes y otras cosas random. Por ejemplo vi que pensé todos los días en la muerte de alguien querido sin ninguna razón específica. Esa foto l...