Es una casualidad muy grande

Es una casualidad muy grande

que justo cuando vos estabas escribiendo

en la playa

yo te fui a hablar

(porque te estaba fichando y vos

ni cabida)

y me acerqué y te dije

vos escribís?

Y vos

(mientras sostenías un anotador de pibe de sociales en la mano y una lapicera, y estabas escribiendo a pleno rayo del sol solo a las 11 de la mañana en valizas, o sea, no solo que era obvio que escribías, sino que además estabas en una),

me contestaste

No, no escribo

mientras escondías el anotador.

Y yo te creí y te pedí fuego

y me diste fuego

y llegaron tus amigos

y yo me fui

y vos después fuiste a los médanos

y me llamaste con la mirada

y yo fui con el cuerpo

y hablamos.

Yo te pregunté qué hacías

y vos me dijiste que eras aeromozo y que estudiabas filosofía

y yo te dije

que yo también

que no era aeromoza, pero que estudiaba filosofía

pero que ya no

como que antes hacía eso

pero que ya después, lo había dejado

porque sus formas de academia

vieja

megamachista

me habían secado el

corazón y que yo

ANTETODO, era sensible

y que para mí hacer filosofía tenía más que ver con el agua que con el aire

que era como

derramarse

caer del borde

no caer por el borde

sino del borde

devolverle

al saber del sol

cada sentido nuestro

a la calma de tus manos

sentirla sobre mis manos

acariciándolas

acariciándonos:

tocándonos en movimiento y

despacito y

al mismo tiempo como intentando

respirar

intentando registrar sintiendo

sosteniendo

con cierta vulnerabilidad y

entrega

incómodamente misteriosa

la mirada.

Y hacerlo,

con cierta sensación de espera

de que esta vez

al terminarse

no duela tanto,

pero no solemne,

tan simple como que

no duela tanto.

Nos sacamos los anteojos

para seguir hablando

con conciencia de todo

eso

pero también medio

que nos comíamos con la mirada

y despacito nos acariciábamos las manos

pero

las mías no tan despacito

se me iban

a tocarte la mitad del pecho

y recorrerte con las manos

hasta el pantalón

mirándote a los ojos

pero ya no pidiéndote

que no me duela

ahí te pedía

que me duela poquito

que me duela

pero de mentira

como que los dos hagamos

como que me duele

pero que en realidad

sea investigación consensuada del límite

entre nosotros

estar-ENTRE-nosotros

que sea

adentro o afuera

o mejor dicho

entrando o saliendo

del vinculo con conciencia de umbral.

ToTodo esto que (nos) sucede

      a vos te lo dijo el viento

            y para mi

se manifiesta

inversamente proporcional a la forma

en que te beso

a la mañana

antes de abrir los ojos

cuando juntos abrimos el pecho

para envolvernos entre los

brazos

para agarrarnos con las piernas las

piernas

para olernos el cuelo

y dormirnos

un rato más

hasta sentir

la luz de la mañana entrar

por nuestros poros

como entra

por las persianas

besarte

y pensarte como

“niño ojos de persiana”

y que me venga una risaternura

al imaginarte

chiquitito y con

la bolsa del chavo colgada

yendo a buscar a tu papá

por el aire

creo que nunca te dije

que tengo un amigo que se llama Jony

como tu hermano que no es tu hermano

y que el papá de mi amigo

una vez le dijo

mientras construían un avioncito de juguete

“Jony, vos sos tan rápido para este mundo, que vos en la vida no vas a volar, vos vas a jugar a la mancha con los aviones”

Y ahora que recuerdo

esa imagen mental

de un niño en el aire

jugando a la mancha con los aviones

fue la que se me vino cuando me dijiste

que eras aeromozo y estudiabas filosofía

por eso a mi me parece

que que tu hermano que no es tu hermano

se llame Jony igual que mi amigo

es una casualidad muy grande.