Corset social a la aspiración

Foto: Florencia Jaworowski


Entre las hojas que flotan en el agua se mezclan vahos perfume a arándanos: bolitas de piel tirante fina, de colores oscuros, rellenas de líquido amniótico con sangre frutal que corre por las venas que laten al ritmo del dolor de un hombre. Sufriendo la escritura puedo quedarme aquí un poco más. Hundiéndome a través del silencio aparecen sus besos como andamios vivientes que hamacan las sombras con las que jugamos a escondernos mientras caemos. Y me entra tanto aire en los pulmones que me ahogo. Se me taponan los orificios nasales con la fuerza del viento y abro grande grande los ojos. Un torrente de aire fresco hunde en el cielo su brazo peludo y me agarra. Me arrastra como una ráfaga de agua dulce hasta la orilla del otro lado del horizonte.  La tierra del tiempo amar adentro. Dando ruedos
resueno como caja torácica cuando vuelve vacío, cuando agujerea la fuerza del aire su voz.  Frunzo el ceño y cierro los ojos para verte mejor. Tenfoco. Las puntas de mis pestañas suenan como intervalos de cuerdas. Barra imagen barra imagen barra imagen. Pestañeo.

Intermitentemente entre el ritmo se entrecorta el amor.

De frente persiste la fuerza que (se)resiste: "ha ser escrita". Ha serlo sin ir para adelante. Hombro a hombro nos miramos fijo en primerísimo primer plano. Sin distancia entre el ojo y yo. En movimiento aquél movimiento, quisiera que la escritura fuera una danza que no necesitara de elementos. Que no sean materia las palabras. Que sememueva cuando vibren las tripas de mis átomos manuales y que no quede fijada en la tinta. Que no defequen mis dedos. Que se borren solas las dos. Que no hable yo. Que no escuche nadie. Que nade. Que sea un viene y va, un abre y cierra. Que baile mi cuerpo la danza de la muerte cuando escribo. ¡Qué viva!

Intermitentemente entre el ritmo se entrecorta el amor.

De golpe galope se acerca una voz repicando en las cadenas que mataron tantos indios por los caminos en los que hoy me pierdo. Me toma por la nuca y me despluma. Zamarreo y otra vuelta. Me aprieta por el medio como a un globo y quedo partida en dos bombuchas con agua a punto de explotar en carnaval. Patas para arriba, me duele la cabeza y la mano que me toma por el cuello zamarreo y otra vuelta.

Una bocanada de agua respiro. Puedo partir.m.e.n pedazos.

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