Imágenes profanas
y no más
que ellas
pero más
bajas que el tiempo
desfazadas
de la
comunidad y al margen de la trama
suspendidos
los juicios
de los niños electrónicos
como
encendidos sintéticamente
por
pastillas
que
levantan las barreras
pero fluyen
con agresividad
en la danza
del amor
No hay
caricia
que toque
el cuerpo
el cuerpo
que es bello por ser negro
y la mano
que sube y abraza
hasta
llegar al pecho:
allí la imagen que traspasa
los límites
psíquicos
de mi
energía reservada
para la
percepción
Luego no
hay retorno
-hay repetición-
de las
imágenes que de niña
me
agujerearon el alma
y la imagen del pensamiento
Búsqueda
incansable
de la
escena primera
donde los
niños ya no son pequeños
pero
hermanados
se abrazan
alejados
del
erotismo
De este
modo nada preciso
las
imágenes convocaron
a continuar un
trabajo
de empoderamiento
y sanación
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