mi infinito monoambiente





Hoy me desperté enojadísima

te saludé con un poco de asco

me vestí pero no me lavé los dientes

me fui para mi casa en el 60

tenía frío porque justo hoy se levantó más viento

viajaba dormida y enojada

y casi ni miré a las personas del  colectivo

es más, puse los pies arriba del caño y no me importó

si el colectivero me veía y me retaba, ni siquiera

me iba a dar un poco de vergüenza

(igual antes de llegar los bajé).

Entré a mi casa,

respiré profundo ese olor particular que tienen las casas de cada uno

No tenía ganas de llorar, para nada

me saqué el rimmel viejo de las pestañas con crema

y pensé que así no se viven las mañanas

Yo amo las mañanas

las amo tanto como los niños aman a sus autitos

y los jubilados a la televisión

La mañana para mí es mágica,

es la más linda de todas las horas del día

porque además la mañana no se sabe bien ni cuándo

empieza 
ni cuándo 
acaba

Mi casa estaba ordenada

Prendí un sahumerio, abrí las ventanas

corría un viento frío pero el sol comenzaba a iluminar todo mi cuarto

mi único cuarto porque vivo en un monoambiente en realidad

Me saqué las zapatillas, me senté en el medio

de la cama a meditar

profundamente me olvidé

por cuarenta minutos que estaba llena de ira cuando desperté

Llegué fácil hasta el color amarillo,

eso me distrajo bastante porque me hizo pensar:

“nunca, creo que nunca lo había visto antes”

Y pensé en ese momento que también tenía que googlear su significado

cuando llegara al trabajo, pero cuando llegué

me puse a escribir.

Después de meditar me sentía tan bien que no me dieron ganas

de compartir en twitter lo bien que me sentía

porque creo que la gente no te cree cuando te sentís bien y

menos si te sentis bien a las 7:30 de la mañana, sin embargo

una vez puse algo muy triste porque me sentía

tan triste que quise compartirlo y al ratito mucha gente

me comprendió y dijo lo mismo.

Por eso hoy a la mañana preferí guardarme la felicidad para mi sola

Sonreí al mirar la alacena y me dije ¿por qué no?

Voy a prepararme uno de esos desayunos que me hacen sentir que no

estoy tan equivocada:

mate con miel con tostadas de pan con semillas con palta y también

con mermelada de duraznos pero no de la casera.

El sol ya iluminaba toda mi casa, mi cuarto, mi monoambiente que de mono

no tiene más que el nombre del unico hombre que lo visita

Mi ambiente es infinito. Un día

me pasó como que me perdí adentro de mi casa

me olvidé, no sabía

dónde estaba.

Pero hoy no me pasó eso, hoy solo conecté con el color amarillo casi luz.

Y después me bañé pero re contenta

no porque era viernes sino porque creo

que soy una pesona privilegiada.

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