Estilo al viento del pensar bailando al sol

INSTANTE - Presente crudo

Foto: Marina Mangieri http://www.flickr.com/photos/mesuenolosdedos

 

 

Libre y desenredado camino. En el aire vuela la vida. Sale el sol, no como todos los días. Sale para vos. Parecés dormido pero salís a la calle muy despierto. Demasiado. Tus sentidos funcionan solos. Te llevan... a caminar con música de fondo, con anteojos negros, con paso firme. No hay nada agresivo en tu vida que vuela. Mirás para adelante, no para arriba, no para abajo. Por un instante te perdes en una cámara subjetiva que gira a tu alrededor, te detiene y quedás desorientado por completo en el mismo camino de todos los días. Continuás derechito para adelante sin dudar, sin saber para dónde pero es exactamente para ahí. En el camino. Tu altura coincide con la línea del horizonte. Punto de vista movible, perspectiva simbólica de lo que representa estar caminando a la mañana y saberte solo. Hay cuerpos alrededor. Muchos. Hay luz que cae. Potente. Y vos estás feliz de sentirte en el medio. Apoyando los pies en la calle, sintiendo el calor desde el cielo. Y caminás siempre para adelante al ritmo de la música que estás escuchando. Y pensás....pensás que quisieras estar bailando en este momento. Pensás que estos minutos que caminás son en realidad el colapso de todo tu día...porque lo único que quedará de este día es eso que pensaste sobre cómo estabas hoy. Balance matutino. Balance entre el arriba y el abajo, entre el afuera y el adentro, entre el mundo y vos. Balanceo: a veces con hombritos, a veces solo la mandíbula enojada, a veces sospecha de reojo, a veces el pie no para de moverse, a veces le cantás a la vida con sonrisas, a veces todo pasa por adentro nada más. El transporte y el camino. El horizonte y la música. El sol y el balanceo. ¿Pero no estabas en Buenos Aires, pleno caos de tráfico, yendo a trabajar a una oficina? Y lo importante del día ya pasó...y escuchaste esa frase. Y ya no pedís más.